El Metl (Maguey) y su relación con Quetzalcóatl
Alcé la cara al cielo,
inmensa piedra de gastadas letras:
nada me revelaron las estrellas.
Octavio Paz
Como bien se conoce el origen del maíz se le atribuye a Quetzalcoatl; el origen del pulque también, como nos describe este texto de el manuscrito Thévet,
Cuando Quetzalcóatl y Tezcatlipoca terminaron la obra de la creación
y ésta quedó coronada con la formación de los primeros hombres,
se volvieron a reunir en consejo los dioses y dijeron:
'He aqui que el hombre està triste, si no hacemos algo para que
se regocije y tenga gusto de vivir sobre la tierra y nos alabe y
cante y baile'. Lo que oído por Quetzalcóatl, Ehécatl, el dios
del viento, pensó en su corazón dónde podría encontrar algún
licor que llevar al hombre para hacerlo alegrar, y pensando
en esto se acordó de una virgen diosa llamada Mayaclel o
Mayauel, guardada por otra diosa su abuela, que era del número
de las que llaman Tritzimime y se fue adonde estaban ellas y
encontró que dormian. Despertó a la virgen y le dijo: Vengo
por ti para llevarte al mundo'. A lo que accedió al instante y
descendieron ambos llevándola él sobre los hombros. Apenas
llegaron a la tierra, los dos se cambiaron en un árbol con dos
ramas, una de las cuales se llamaba Quetzalhuéxotl, sauce precioso,
que era la de Ehécatl, y la otra Xochcuahuitl, árbol florido,
que era de la virgen; y cuando su abuela despertó y no la encontró,
llamó a todas las otras Tzitzimime y todas bajaron
a la tierra en busca de Ehécatl. Entonces las dos ramas del árbol
se rompieron y se separaron una de la otra: habiendo sido reconocida
la de la virgen por la diosa vieja, rompió en pedazos la rama y dio
uno a cada una de las otras, que lo comieron, pero dejaron intacta
la de Ehécatl, el cual, cuando volvieron las diosas al cielo, volvió
a su forma antigua, juntó los huesos que habian quedado de la virgen,
cuya carne comieron las diosas, los enterró y de ellos salió una
planta que los indios llaman metl, maguey.
Así también Mayàhuel tuvo que morir para que la planta con la que se obtiene él pulque pudiera nacer, y es por eso que la vemos nacer entre las hojas del maguey. Se dice que es la mujer con cuatrocientos pechos que amamanta a las estrellas de nuestra galaxia, la vía láctea. El pulque como tal, solo se bebía en algunas fiestas religiosas y solamente los mayores de sesenta años y los guerreros tenían el permiso de tomarlo, ya que se consideraban consagrados a la muerte, y eran vistos ya como estrellas.



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